Seguramente las primeras tareas priorizadas, serán complejas y difíciles. Para esas se puede aplicar un análisis de problema que permite llegar a las causas básicas y generar soluciones más allá de la mitigación de síntomas. Clarificado lo conceptual, conviene avanzar y hacer un plan básico. No sólo fijar la fecha de “clavar la pala” y fragmentar en “fin obra gruesa”, “fin terminaciones” y “partida” sino que también establecer la emoción requerida, los motivos y los beneficios para hacerlo. Estos últimos son tres ejes esenciales que actúan como actitud, motores y bencina para la solución del problema que levanta la tarea.
Así el 20% de las tareas complejas toman un camino firme y seguro. La fijación de fechas (optimista, realista y pesimista) ayudará a hacer un seguimiento y resolver alternativas cuando las cosas no están pasando como queremos; porque muchas veces esas tareas importantes se postergan por la urgencia de otras piedras en el zapato. Entonces nuestra voluntad debe empoderarlas para que tomen prioridad.